Triduo a la Inmaculada Concepción
La Unidad Pastoral de Villalegre-La Luz, organizan un Triduo a la Inmaculada Concepción del 6 al 8 de diciembre, con el lema “María: ¡Puerta del adviento, esperanza y testigo de la luz!
Comienza el lunes día 6 a las seis y media de la tarde con el Rosario y Triduo continuando con la Santa Misa a las siete : “LA MUJER LLENA DE GRACIA!”.
El martes, día 7, a las seis y media de la tarde con el Rosario y Triduo y la Santa Misa a las siete : MARÍA, LA MUJER PRESERVADA DE PECADO.
El miércoles día 8 fiesta de la Inmaculada Concepción de María, a las doce y media del mediodía Santo Rosario y Triduo y a las trece horas Solemne Misa en honor de la Inmaculada Concepción, “María, LA MUJER QUE NOS LLEVA A JESÚS
Sabemos que más allá de cualquier acontecimiento favorable o contrario, el Señor no nos deja solos. Vino hace más de dos mil años y vendrá de nuevo al final de los tiempos, pero viene también hoy en mi vida, en tu vida, en nuestra vida en la de cada uno de nosotros. Jesús viene: el Adviento nos recuerda esta certeza; y esta es la raíz de nuestra esperanza, la certeza de que entre las tribulaciones y la realidad del mundo viene a nosotros la “luz y el consuelo de Dios”; una luz y consuelo que no están hechas de palabras, sino de presencia, de “su” presencia que viene a nosotros. “Vayamos, caminemos a la luz del Señor” nos dice el profeta Isaías.
María, la Virgen Inmaculada, es la Madre que nos abre la puerta del Adviento, Madre de esperanza y que nos conduce a la Luz que se nos manifestará en la pequeña aldea de Belén. María de Nazaret, la Virgen Inmaculada, es la estrella y puerta del Adviento… Ella llevó en su vientre con inefable amor de Madre a Jesucristo, Luz del mundo que ilumina la realidad presente que nos toca vivir. Ella vivió un Adviento de nueve meses en su regazo materno y virginal, pero también en su mente y en su corazón.
Ella es la Madre de la Luz y la Esperanza, el modelo de la espera. Supo, como nadie, preparar un sitio al Señor, el Hijo que florecía en sus entrañas… Hoy María nos invita a preparar la venida de Jesús. ¿No se parece la cueva de Belén a tu corazón? A veces está lleno de mal olor, de excremento, de orín… Hay animales, bichos, telas de araña, maleza, espinas… Está oscuro, frío, olvidado de todo el mundo… Hay soledad, tristeza, angustia, pandemia, dolor, sufrimiento, muerte, inseguridad… Y es ahí precisamente donde Jesús, la Luz, quiere nacer.