Miércoles de Ceniza. La Ceniza: Signo de Arrepentimiento, Penitencia y Conversión.

El miércoles 22 de febrero es Miércoles de Ceniza y con este día comenzamos la Cuaresma. En nuestra Unidad Pastoral celebraremos la eucaristía:

San Pablo, La Luz:                                   18:00 horas.

Sagrado Corazón de Jesús, Villalegre:  19:00 horas.

 En todas ellas se impondrá la ceniza.

CONVIÉRTETE Y CREE EN EL EVANGELIO

El Miércoles de Ceniza es un día de oración y ayuno. Está precedido por el Martes de Carnaval y es el primer día de Cuaresma,​ el periodo de seis semanas de penitencia antes de Pascua. Se celebra cuarenta días antes del Domingo de Resurrección, que marca el final de la Semana Santa.

La ceniza, cuya imposición constituye el rito característico de esta celebración litúrgica, se obtiene de la incineración de los ramos bendecidos en el Domingo de Ramos del año litúrgico anterior.

El Miércoles de Ceniza es una celebración litúrgica móvil, ya que tiene lugar en diferente fecha cada año, siempre relacionada con la también móvil celebración de la Pascua. Puede acontecer entre el 4 de febrero y el 10 de marzo.

Tiempo de Cuaresma, tiempo de preparación

Este tiempo de Cuaresma es un tiempo de preparación, que nos prepara para un tiempo «más fuerte». El tiempo de Cuaresma como preparación a la Pascua se basa en dos pilares: el primero es la contemplación de la Pascua de Jesús y el segundo la participación personal en la Pascua del Señor a través de la penitencia y de la celebración o preparación de los sacramentos pascuales: bautismo, confirmación, reconciliación, eucaristía, con los que se incorpora la vida a la Pascua del Señor Jesús.

Dice el Papa Francisco: «Este llamado a vivir la Cuaresma como camino de conversión y oración, nos ayuda a reconsiderar, en nuestra memoria comunitaria y personal, la fe que viene de Cristo vivo, la esperanza animada por el soplo del Espíritu y el amor, cuya fuente inagotable es el corazón misericordioso del Padre», concluye el Santo Padre pidiendo a la Virgen María, «que nos sostenga con su presencia solícita, y que nos acompañe en el camino hacia la luz pascual».

Oración, ayuno y limosna

La Iglesia, Madre y Maestra, nos recomienda tres prácticas cuaresmales: oración, ayuno y limosna. La oración nos une más a Dios, nos centra en Él, nos ayuda a conocer y distinguir las cosas, a establecer un orden de prioridades, nos ayuda a descubrir que Dios es realmente el tesoro de nuestra vida.

Si llegamos a experimentar que Dios es el centro de la vida, el tesoro que nos llena y da sentido, entonces descubrimos que no necesitamos tantas cosas materiales, que son una rémora en el camino, que son perfectamente prescindibles. En eso consiste el ayuno, en prescindir de muchas cosas que en realidad no necesitamos, y que podemos compartir y entregar a los demás. Entonces, este compartir se convierte en fraternidad, en comunicación de bienes con quienes formo una familia. Oración, sacrificio y compartir son tres prácticas cuaresmales íntimamente relacionadas que hacen nuestra vida más humana y más cristiana. Hallaremos la motivación más profunda en la contemplación de Jesucristo, que ora, se sacrifica y da la vida por cada uno de nosotros

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