En el día de ayer «Nos hemos unimos colectivamente en la oración, para entregar a Dios Padre nuestra sed de paz, justicia y reconciliación”, como expresó el patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pizzaballa. Siguiendo la recomendación del Santo Padre que nos animó a unirse a esta iniciativa.
Es por ello que “Unidos en oración, podemos llevar nuestro deseo de paz y justicia a Dios Padre”, Implorando que: «¡Por favor, no derramen más sangre inocente, ni en Tierra Santa, ni en Ucrania, ni en ningún otro lugar! ¡Basta! ¡Las guerras son siempre una derrota, siempre!».
Ante la situación de violencia en Tierra Santa, la Subcomisión episcopal para las Relaciones interconfesionales ha hecho pública una carta en la que muestran «nuestra cercanía a todas las familias que en España experimentan el dolor y la preocupación por sus familiares que habitan en Tierra Santa.
Una vez más cristianos, judíos y musulmanes hemos de elevar nuestras oraciones para que puedan abrirse los cauces del diálogo y la fraternidad en medio de este conflicto, que enfrenta a hermanos, independientemente de su nacionalidad, etnia y fe. Que esta oración conforte a los miembros de las distintas comunidades religiosas que trabajan día a día por hacer de la Tierra Santa un Santuario de Paz y Fraternidad».
Los momentos de oración deben organizarse con la adoración eucarística con el rezo del Rosario a la Santísima Virgen. «Probablemente en muchas partes de nuestras diócesis las circunstancias no permitan la reunión de grandes asambleas. En las parroquias, en las comunidades religiosas, en las familias, todavía será posible organizarse para tener momentos comunes de oración sencillos y sobrios, explica en su carta el Patriarca latino de Jerusalén».