“ CONFIRMACIONES EN NUESTRA UNIDAD PASTORAL”
SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN:
En el día de ayer recibieron el SACRAMENTO DE LA CONFIRMACIÓN 13 personas. Solo podemos decir “GRACIAS SEÑOR”. Nueve adolescentes y cuatro adultos han iniciado el segundo paso en la iniciación de la vida cristiana, donde el protagonista es el Espíritu Santo, quien nos une a la Iglesia y nos compromete mucho más como testigos de la fe cristiana.
Después de un periodo amplio de catequesis estas siete mujeres y seis hombres, recibieron el sacramento de la CONFIRMACIÓN el sábado 4 de mayo en la misa de la comunidad a las 7:00 de la tarde y que ha presidido por D. Jesús Emilio Menéndez Menéndez. Vicario episcopal de Avilés-Occidente
En la CONFIRMACIÓN, recibimos el don del ESPÍRITU SANTO que DIOS nos da por medio de JESUCRISTO en su IGLESIA. Hemos de acogerlo en verdad, con fe y gratitud, conociendo y aceptando las consecuencias de este don. Se trata de fortalecer los frutos del BAUTISMO y consumar la iniciación de los cristianos en la vida sobrenatural de la comunidad.
Con el sacramento de la confirmación, los bautizados:
avanzamos por el camino de la iniciación cristiana,
quedamos enriquecidos con el don del Espíritu Santo,
nos vinculamos con más perfección a la Iglesia,
somos fortalecidos y obligados con mayor fuerza
a ser testigos de Cristo; a defender y propagar la fe y de palabra y de obra.
Es muy importante y necesaria la dimensión comunitaria. Pero es imprescindible la dimensión personal , sin la cual no hay dimensión comunitaria real ni verdadera. La celebración no puede ser auténtica ni eficaz si no nos acercamos con unas verdaderas disposiciones al sacramento:
Tenemos que tener una disposición sincera para cumplir las obligaciones básicas de la vida cristiana, en el culto y en la vida comunitaria, en la familia, en la vida personal, con claridad y realismo, sin pretensiones utópicas ni concesiones peligrosamente condescendientes.
De nuevo, según el código (c.889), para recibir lícitamente la Confirmación, se requiere estar convenientemente instruido, bien dispuesto, y en condiciones de renovar las promesas del bautismo.
Damos con mucho cariño la enhorabuena a todos aquellos que de verdad han decidido personal y libremente dar este paso tan importante.
“Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt.28, 20).