Adviento, tiempo de: Espera y esperanza, de reflexión y de conversión.
Estamos a las puertas de iniciar un nuevo año litúrgico, un nuevo camino y una nueva experiencia de fe, que nos empuja a caminar con más fuerza en busca del Señor. Este camino se inicia con el tiempo del Adviento, este domingo próximo encontraremos nuestras parroquias con una decoración especial que nos invitará a entrar en clima de preparación para recibir a Jesús; igualmente lo harán las lecturas de estos próximos cuatro domingos preparatorios para celebrar la Navidad. Para vivir este tiempo, la Iglesia nos presenta como color litúrgico, al igual que en Cuaresma, el morado. No hemos de olvidar que el Adviento es también un tiempo penitencial, es decir, de conversión y de purificación interior de nuestra fe para acoger con un corazón renovado a Cristo que ha venido, viene y vendrá. Nuestra penitencia de Adviento la podemos traducir en ayuda para que aquellos que menos tienen, puedan celebrar de manera adecuada la Navidad.
Objetivos
Debemos centrarnos en varios momentos:
Tiempo pasado: recordar el nacimiento de Jesús en Belén, llegando como uno de nosotros, lleno de humildad y pobreza.
Disfrutar del presente: Jesús está entre nosotros en el mundo, por lo que tienemos que vivir en la paz y amor de Dios
Preparar el futuro: debemos prepararnos para la venida de Jesús, llegando como Señor, premiando a los creyentes con el Cielo, habiendo siendo fieles del Padre y viviendo en comunión con tus hermanos para llegar a la salvación y vida eterna.
En este tiempo, debemos pensar en la bondad y qué necesitamos para ser mejores. Es una necesidad reflexionar sobre nuestra fe, relación con Dios y el prójimo.
Por lo tanto:
- El adviento es el tiempo de esperanza y arrepentimiento de los pecados, preparando la llegada de Jesucristo.
- Esperamos la llegada de Cristo como Rey del universo.
- Debemos valorar nuestra vida cristiana para estar en sintonía con Dios
- Este tiempo nos llevará a reflexionar y llegar a ser mejores personas.
Aunque en esta época nos llegan tentaciones consumistas, como compras o fiestas, no debemos olvidar el verdadero significado del Adviento para estar en armonía con el sentimiento cristiano, viviendo la Navidad del Señor intensamente en familia o rodeado de amigos y sobre todo compartiendo la Eucaristía.