Sábado Santo
Día de la Semana Santa en el que la Iglesia Católica conmemora a Jesús en el sepulcro. El sábado Jesús yacía en su tumba para el desconsuelo de los apóstoles que estaban convencidos de que todo había acabado. Mientras tanto, su madre recordaba las palabras del Señor cuando predecía “Al tercer día resucitaré”. En este día tiene lugar una de las principales celebraciones religiosas de todo el año: la Vigilia Pascual, que se realiza luego de las 18:00 h. La Vigilia es la más grande y santísima noche del año, la celebración antigua más importante y más rica de contenido. En ella se vela para expresar que los fieles siguen en la espera, en la vigilancia y en la esperanza de la venida del Señor, del cumplimiento del nuevo y definitivo paso con él.
Es el día del silencio: la comunidad cristiana vela junto al sepulcro. Callan las campanas y los instrumentos. Se ensaya el aleluya, pero en voz baja. Es día para profundizar. Para contemplar. El altar está despojado. El sagrario, abierto y vacío.
Domingo de Resurrección
La Resurrección del Señor nos abre las puertas a la vida eterna, su triunfo sobre la muerte es la victoria definitiva sobre el pecado.
De acuerdo con los escritos cristianos, el Domingo de Pascua es el día en el cual Jesús salió de su sepulcro. Este hecho es fundamental para el cristianismo. La historia cuenta que en cuanto se hace de día, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su cuerpo. Un Ángel les dice que ha resucitado. Van donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia. Mientras tanto, Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo. El desconsuelo que habían tenido la noche anterior se transforma en un júbilo general. Rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos y todos permanecen con la Virgen en espera del gran momento de volver a encontrarse con el Señor.
Fueron los primeros cristianos quienes transformaron la celebración de la Pascua judía en la fiesta cristiana de la resurrección de Jesús de Nazaret, celebrada el domingo siguiente a la luna llena, posterior al equinoccio de primavera (21 de marzo).
Esta fiesta determina además el calendario móvil de otras fiestas, incluidas entre ellas la Ascensión (la subida de Jesús al cielo) que se celebra 40 días después y el Pentecostés, 10 días después de la Ascensión