“Acoger, proteger, promover e integrar a los emigrantes y refugiados”
Jornada Mundial del Emigrante y del Refugiado 2018
14 de enero de 2018
No podemos quedarnos con los brazos cruzados quienes hablamos de defensa de la dignidad del ser humano y, sobre todo, los que creemos que todo ser humano está creado a imagen y semejanza de Dios
Es especialmente triste la situación en la que viven tantos refugiados y migrantes que están cerca de nosotros.
«El emigrante que reside entre vosotros será para vosotros como el indígena: lo amarás como a ti mismo, porque emigrantes fuisteis en Egipto. Yo soy el Señor vuestro Dios» (Lv 19,34).
El Santo Padre en su carta PARA LA JORNADA MUNDIAL DEL MIGRANTE Y DEL REFUGIADO 2018 ha dicho:
- Cada forastero que llama a nuestra puerta es una ocasión de encuentro con Jesucristo, que se identifica con el extranjero acogido o rechazado en cualquier época de la historia (cf. Mt 25,35.43).
- A cada ser humano que se ve obligado a dejar su patria en busca de un futuro mejor, el Señor lo confía al amor maternal de la Iglesia
- Es una gran responsabilidad que la Iglesia quiere compartir con todos los creyentes y con todos los hombres y mujeres de buena voluntad, que están llamados a responder con generosidad, diligencia, sabiduría y amplitud de miras —cada uno según sus posibilidades— a los numerosos desafíos planteados por las migraciones contemporáneas.
Las comunidades parroquiales, debemos ser generosos y porque no con valentía para transformar en obras de amor fraterno el servicio a los inmigrantes.
- Favorezcamos su inserción de una manera integral, ofrezcámosles una vida más digna que abarque también la dimensión de la fe y la práctica religiosa, esencial para toda persona.
- Las Leyes y trámites administrativos suelen ser complicadas, acompañémosles para lograr su integración plena