Hoy, Domingo de Cáritas, nos encontramos en nuestra Parroquia, como cada semana, para celebrar la Eucaristía. En la Eucaristía recordamos la vida de Jesús y actualizamos el memorial de su muerte y resurrección. Él fue alguien que vivió para los demás, cercano a quien sufre y, sobre todo, a los pobres.
La Cuaresma nos invita al ayuno, la oración y la limosna. La Sagrada Escritura nos recuerda que no debemos apartar nuestro rostro ante el pobre y, así, Dios no lo apartará de nosotros. Nos indica también que demos en la medida de lo que podamos; si tienes poco, no te avergüences de dar poco. La colecta de hoy será destinada a Cáritas y por ello, pedimos que nuestro corazón y generosidad este con aquellos que más lo necesitan, aliviaremos su pesar y agradaremos al Señor.
Tender la mano es un signo: un signo que recuerda inmediatamente la proximidad, la solidaridad, el amor. En estos tiempos, en los que el mundo entero está abrumado por una guerra que trae dolor y muerte, desaliento y desconcierto, ¡son muchas las manos tendidas que hemos podido ver!.