Hermanos , en este Domingo Día del Señor lo dedicamos especialmente a las personas más desfavorecidas y que Cáritas semana tras semana acompaña .
Vivir la Misericordia es una invitación a poner la mirada en el hermano velar y hacer posibles los derechos fundamentales de todas las personas, es imprescindible para erradicar la pobreza en el mundo.
Por eso VIVIR LA MISERICORDIA, es amar a tu prójimo, a tus semejantes, como a ti mismo, es hacerles lo que a ti te gustaría que te hicieran si estuvieras en su lugar. Es tratar con dignidad a todo ser humano, porque es de tu misma familia, la humana, hijo/a de tu mismo Padre-Madre Dios. Es no quedar indiferente ante su sufrimiento y necesidad cuando le son arrebatados sus derechos, y no puede vivir dignamente por la injusticia de otros. Es movilizarse y actuar porque lo que a él le pasa, a mí me pasa, lo que a él le golpea… a mí me golpea.
Tomemos conciencia de que vivir la misericordia es una responsabilidad de todos, implica un compromiso activo con la defensa de los derechos propios y ajenos, haciéndolos posibles para todos desde el lugar que cada uno ocupa en la sociedad.