Sábado, 1 de enero de 2022 – Santa María, Madre de Dios
Celebramos la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Es un título de la Virgen María que la Iglesia le dio prácticamente por deseo y aclamación del propio pueblo cristiano.
Es una fiesta que se centra en la bendición de Dios para su pueblo, en la maternidad de María y en la oración por la paz.
Son fechas para tener más presentes, si cabe, a quienes parecen menos bendecidos: los pobres en cualquiera de las manifestaciones de una pobreza que permanece y aumenta entre nosotros. Son quienes mejor nos muestran el rostro de un Dios que, al hacerse hombre, nació, vivió y murió pobre.
La maternidad es una forma de ser y de vivir a la que Dios nos convoca a todos. Acoger, escuchar, consolar, reír con el que ríe, llorar con quien llora, sufrir con quien sufre, aconsejar, perdonar, callar… todo eso y más es necesario en la nueva normalidad que buscamos, en la fraternidad social que nos propone el papa Francisco.
Primera lectura
El Señor habló a Moisés:
«Di a Aarón y a sus hijos, esta es la fórmula con la que bendeciréis a los hijos de Israel:
“El Señor te bendiga y te proteja,
ilumine su rostro sobre ti
y te conceda su favor.
El Señor te muestre tu rostro
y te conceda la paz”.
Así invocarán mi nombre sobre los hijos de Israel y yo los bendeciré». Palabra de Dios
Salmo
R/. Que Dios tenga piedad y nos bendiga.
V/. Que Dios tenga piedad nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R/.
V/. Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia
y gobiernas las naciones de la tierra. R/.
V/. Oh Dios, que te alaben los pueblos,
que todos los pueblos te alaben.
Que Dios nos bendiga; que le teman
todos los confines de la tierra. R/.
Segunda lectura
Hermanos:
Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción filial.
Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama: «¡“Abba”, Padre!». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también heredero por voluntad de Dios. Palabra de Dios
Evangelio
En aquel tiempo, los pastores fueron corriendo hacia Belén y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Al verlo, contaron lo que se les había dicho de aquel niño.
Todos los que lo oían se admiraban de lo que les habían dicho los pastores. María, por su parte, conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.
Y se volvieron los pastores dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían oído y visto, conforme a lo que se les había dicho.
Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre Jesús, como lo había llamado el ángel antes de su concepción. Palabra del Señor